1 de Mayo, 2023

Por Claudia Esquivel

El Estrés No Es "Normal"

El otro día mi hija me preguntó: “Mamá, ¿por qué siempre estás estresada y cansada?” Me quedé callada por un momento y pensé: Creo que tiene razón. Siempre estoy estresada y cansada. Fue un momento poderoso que me invitó a una profunda auto-exploración en las últimas 2 semanas reflexionando sobre los factores que hacen que muchos de nosotros vivamos en ansiedad, preocupación y estrés.

Pensé, si yo siento este nivel sutil de ansiedad y estrés casi siempre, ¿cómo se sienten las personas que no han trabajado en sí mismas? Que no han ido a terapia. Que no han probado psicodélicos. Que no hacen ejercicio ni meditan… ¿El estilo de vida perpetuado por la sociedad a través de las redes sociales, la televisión e Internet está haciendo que consideremos un nivel de estrés anormal “normal”?

En el episodio de hoy exploro mis pensamientos sobre esto y por qué es esencial que hagamos un cambio si queremos cultivar más tranquilidad, confianza y alegría en nuestras vidas.

No debemos sentirnos estresados todo el tiempo. Nos funcionó cuando estabamos sobreviviendo en la naturaleza, pero hoy, en la realidad en la que la mayoría de nosotros tenemos nuestras necesidades básicas (y más) cubiertas, está bien relajarse.

Tenemos permiso de ir más lento y disfrutar.

Lo que exploro en este episodio:

¿Porqué son en gran parte las expectativas sociales las que nos están causando estrés?
¿Porqué la mayoría no sabe descansar?
¿Porqué hay tantos "control freaks"?
¿Cómo podemos aprender a soltar y volver a confiar para disfrutar más nuestras vidas?

Escucha el episodio

La sociedad espera demasiado de nosotros ...

Cuando ves la tele, te conectas a Internet o exploras las redes sociales, inmediatamente puedes ver que la sociedad exige la perfección. Espera que seamos súper fit y saludables, exitosos y ricos, padres perfectos que nunca le gritan ni le pegan a sus hijos, que tengamos la relación perfecta en la que viajamos por el mundo y nunca nos peleemos con nuestra pareja, y que seamos positivos todo el tiempo porque como la “ley de la atracción” está de moda si eres “negativo” eres inmediatamente cancelado.

Imagina la cantidad de presión con la que vivimos.

Sé que no está escrito en ningún lado. “Debes ser perfecto o no eres suficiente." Pero, la falta de intimidad que las personas tienen con si mismas y la cantidad de inmadurez emocional y trauma que existe en la sociedad lleva muchos a inconscientemente crear identidades y máscaras falsas en un intento de sentirse suficientes.

Ponemos barreras. Solo compartimos nuestros mejores momentos y logros. Sonreímos ante la cámara incluso cuando no sentimos alegría en nuestros corazones. Aplaudimos los cuentos de hadas y de fantasía en las redes sociales, y ni siquiera nos damos cuenta de que eso es lo que nos hace sentir que el problema en nuestras vidas es que no tenemos suficiente y que no hemos hecho suficiente. Que no somos suficientes.

Hemos olvidado que la calidad de las personas se refleja en el interior, no en el exterior. Que lo encuentras en lo compasiva que es una persona, lo feliz que es, lo amada que se siente, lo creativa que se permite ser, lo segura que se siente de sí misma.

Entonces, en vez hacemos, y hacemos, y hacemos, y hacemos, y tomamos acción, y tomamos acción, y tomamos acción. Porque tenemos objetivos que alcanzar e identidades a las que nos tenemos que agarrar. Sentimos que tenemos que “ser alguien” para ser suficientes. Tenemos que demostrar nuestro valor. Sentimos que todo cae sobre nuestros hombros y que si dejamos de actuar, si empezamos a ser, si nos soltamos, que todo se derrumbará. Es como si nuestra vida entera dependiera de nuestra capacidad de sostener el ajetreo, de sostener la imagen, de sostener la identidad, y de estar en control y estar “bien” todo el tiempo.

Es la versión moderna de la supervivencia de los cazadores-recolectores.

Y seamos realistas. Es agotador. Te succiona la vida. Es antinatural.

Tratamos de hacerlo todo. Intentamos tenerlo todo. Tratamos de amoldarnos al modelo social de lo que significa ser valios@s, y la consecuencia vive en nuestros cuerpos, nuestras emociones y nuestra energía.

Fatiga, desconexión, tristeza, depresión, confusión, desilusión, vergüenza, culpa, estrés.

Nuestras emociones reflejan las consecuencias negativas de no saber cómo simplemente ser. De ya no saber descansar. De ya no saber ser felices sin razón. De ya no saber cómo se siente la alineación. Cómo se siente nuestro verdadero estado natural.

Hemos aceptado un estado doloroso e incómodo como NUESTRO natural y “normal”.

Hemos estado estresados por tanto tiempo, y hemos visto a todos alrededor de nosotros estresados por tanto tiempo, que esta “normalidad” vive como una programación fisiológica en nuestros cuerpos. Nuestros cuerpos no saben cómo soltar la tensión porque han aprendido a vivir en estados de acción, protección, supervivencia, resolución de problemas y ansiedad, todo el tiempo.

Ha empeorado tanto que descansar hoy es igual a distraerse. Descansamos viendo las redes sociales, viendo la televisión o adormeciéndonos con el alcohol y las sustancias porque en realidad no sabemos cómo desactivar el modo de supervivencia.

Si nuestros cuerpos viven en estrés sutil todo el tiempo por nuestro diálogo interno (en su mayoría inconsciente) y nuestra programación fisiológica, con el tiempo esto acaba con nuestra salud y calidad de vida.

Tristemente, para muchos, esto significa enfermedades más adelante, infelicidad e insatisfacción general y, en mi opinión, lo peor de todo, ver la vida pasar porque nunca aprenden a vivir en el momento presente.

Es mi creencia que el regalo más hermoso y precioso que nos da la vida es la oportunidad de experimentar la alegría y la magia del ahora. La belleza y lo sagrado de lo simple. El amor y la plenitud de la presencia. Y si no aprendemos a movernos por la vida un poco más lento, a estar más relajados, a experimentar lo que está frente de nosotros sin estar mentalmente en otro lugar, entonces perdemos la esencia misma de lo que significa estar vivos.

Vivir con ansiedad, estrés y preocupación no debe considerarse normal. No debería ser una consecuencia normal de nuestro estilo de vida.

Esto nos enseña cuán drásticamente importante es para nosotros aprender a confiar en la vida otra vez. Confiar en que nos está cuidando. Confiar en que estamos exactamente dónde tenemos que estar. Saber que no estamos solos y que todo no depende de nosotros. Que no todo cae sobre nuestros hombros. De hecho, somos mucho más libres de lo que creemos. Estamos mucho más seguros de lo que podemos imaginar. Mucho más sostenidos de lo que podemos ver...

Es en volver a este saber interno que podemos aprender a relajarnos y a soltar una vez más. Que podemos recordar lo que se siente entregarnos, y que es en esa experiencia que encontramos la verdad de lo que es la alegría para nosotros.

Puede que nuestro camino no encaje, ni tiene porque encajar, en las expectativas sociales. Puede verse diferente para cada uno de nosotros, y es bellamente imperfecto para todos.

Nuestras almas están pidiendo una profunda re-programación de nuestras mentes y cuerpos. Ya que aprender a confiar y rendirse es una cuestión de cambiar las estructuras de creencias y hábitos inconscientes que nos dan la ilusión de que tenemos que controlar lo más que podamos y mantenernos productivos todo el tiempo para crear una vida hermosa y feliz.

Tiene que ser un esfuerzo consciente ya que las programaciones que nos mantienen en estos estados de estrés son viejos. Son antiguos. Han estado en nuestra programación colectiva durante cientos y miles de años.

Tenemos que reconocer que la naturaleza del ser humano es ser controlados en gran medida por nuestra mente subconsciente, ya que la ciencia nos enseña que los pensamientos inconscientes constituyen el 80% o más de nuestros pensamientos diarios... Entonces, una parte significativa de nosotros continuamente nos regresará a la antigua programación predeterminada, y tenemos que tomar la decisión una y otra vez de conscientemente actuar de manera diferente, pensar de manera diferente, y sentir de manera diferente para re-configurarnos a una nueva forma de ser.

Y, como todo, comienza con el reconocimiento honesto de uno mismo y el abrazar la verdad de cómo hemos sido y cómo somos en nuestro día a día.

¿Vives en un estado sutil de estrés y ansiedad?

Quizás a los demás no les parezca así, como en mi caso. Muchos me dicen que siempre parezco tranquila y relajada, y a veces lo estoy, pero muchas veces en el fondo hay un nivel sutil de estrés y ansiedad, aún después de tantos años de estar comprometida a mi sanación.

No tienes que experimentar niveles extremos y obvios de estrés (¡aunque muchas personas si viven de esta manera!) para ser impactado por lo que comparto aquí. Hay niveles e intensidades. Y, yo sugiero que un nivel bajo de estrés y ansiedad constante es muy poco saludable aún si la persona es funcional y exitosa en otras áreas de su vida.

¿Cómo podemos relajarnos más y ser más conscientes en nuestra forma diaria de existir? ¿Cómo podemos dejar de lado nuestra adicción a hacer y estar ocupados, para encontrar nuestra verdad que tan seguido está escondida en el silencio y en la quietud? ¿Cómo podemos priorizar la felicidad y el bienestar espiritual en lugar de los logros y las metas?

Para mí personalmente, esto ha significado reflexionar sobre mis propios niveles de estrés y ser realmente honesta conmigo misma sobre cuánto esto está afectando la calidad de mi vida y preguntarme, sinceramente, si así es como quiero vivir.

No lo es.

Tengo que hacer algunos cambios, y seguir sanando. No hay nada malo en mí por sentirme así, y te prometo que en ti tampoco. Nuestros cuerpos, nuestras emociones, nuestra energía nos están hablando. ¡Nos están llamando! Nos están diciendo que algo está mal. Que algo tiene que cambiar.

Ya no estamos destinados a vivir de esta manera, y creo que, como sociedad, tenemos una gran necesidad de reformular nuestras ideas sobre el estrés para que ya no aceptemos la ansiedad constante como la forma estándar de vida.

Tenemos que aprender a descansar otra vez.

Tenemos que aprender a ser otra vez.

Necesitamos aprender a abrazar plena y abiertamente la naturaleza cruda, desordenada e imperfecta de lo que significa ser humano, para que podamos recordar lo dignos que somos CON todos nuestros defectos, debilidades y miedos.

Es hora de dejar atrás nuestra necesidad de asumir más responsabilidad de la que podemos manejar, de manipular nuestras acciones y emociones, y situaciones para ser vistos de cierta manera, la idea de que tenemos que estar a la altura de las expectativas de nuestras familias, amigos o sociedad, y esencialmente de nuestra tendencia a ser falsos y de negar la realidad de nuestra desordenada humanidad.

Es esta adicción y programación, o dicho de otra manera, este mecanismo de auto-protección que oscurece nuestra luz y deteriora nuestra esperanza, poco a poco, día a día.

Recursos

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